Esconderse es una actividad de juego popular entre los niños.
De correr hacia el mejor lugar a arrodillarse, desaparecer de la vista de los compañeros de juego, quedarse quieto para no revelar ninguna pista, esperar pacientemente, la emoción de permanecer escondido y el placer de ser finalmente descubierto… Estos diferentes pasos favorecen el desarrollo motor, psicomotor y emocional de los niños.
Los juegos de escondite también mejoran las capacidades cognitivas ya que requieren memoria, concentración y razonamiento. Ayudan a los niños a aprender a seguir reglas y comprender su importancia para lograr un objetivo compartido y jugar juntos de manera divertida.
Existen numerosos escondites en las estructuras de juego al aire libre: dentro de un casa de juego, bajo la plataforma de equipo multijuego, detrás de una valla, etc.